Las señoras de triana, esas con olor a azahar
las que del escalón no bajan si las han de malmirar
aquellas que cosen a mano con el hilo del amor
terciopelo y arpillera dignos de su sudor
solo tienen bondad y algunas las manos arrugás
y por sus alrededores un halo de deseo del más
preciado tesoro que solo consigue el de corazón bueno.
Un blanco delantal puede ceñir su cintura
largos cabellos de ébano y tez oscura.
Señoras por todos soñadas en largas noches de cera
que van derrochando triana por el que pasa a su vera.
Se cuenta que tienen custodia,
un moreno arrodillao que solo quiere sus glorias
¿que tendrá triana?...suena en la voz.
Eso solo lo sabe aquel que la miró.
de talante apaciguao y tronío por esencia
las señoras de triana aún paseando por la cava
sabrán distinguir quien son ellas.